La (re)invención del cine brasileño en su diálogo con el género de ciencia ficción

Resumen

En el cine brasileño de la década de 2010, una serie de películas hizo uso de elementos del género de ciencia ficción para resaltar el clima inusual que se estaba instalando en la escena política brasileña. El deseo de fabular lo real destacó traumas históricos y abrió espacio para especulaciones de carácter transgresor que podrían operar una descolonización del imaginario y una renovación en la escena cinematográfica brasileña. En este artículo nos proponemos reflexionar sobre las implicaciones de este gesto, teniendo en cuenta el legado histórico del cine de invención, término acuñado por el crítico y director Jairo Ferreira cuando estudiaba el efervescente contexto cultural brasileño de finales de los años sesenta y principios de los setenta. Para este análisis del cine brasileño en la última década, privilegiamos dos obras de un director que se destacó en este contexto con películas políticamente atrevidas e inventivas en sus procedimientos estéticos y narrativos. Me refiero a las películas Branco Sai, Preto Fica (2014) y Era uma vez Brasilia (2017), ambas dirigidas por el cineasta Adirley Queirós. Su obra en construcción orienta un debate sobre la condición periférica de nuestro cine y también sus posibilidades a través del sesgo de una ficción de los pobres, ampliando un imaginario estético al traer a la luz evidencias de la constitución histórica del cine brasileño y su legado en los días de hoy.